Durante este capítulo, Alicia llega a la octava casilla y se convierte en Reina. Asimismo, se reencuentra con las otras dos monarcas: la Roja y la Blanca, quienes, antes de decirle que va a haber una fiesta en su honor, le hacen un breve examen para saber sus conocimientos en aritmética, lenguaje y soluciones prácticas. Luego, las dos Reinas se quedan dormidas y, Alicia, alejándose del lugar, llega al castillo donde se va a celebrar la fiesta dedicada a ella. Una vez dentro del castillo, Alicia se sienta a la cabecera de la mesa, de nuevo junto a las otras dos Reinas, quienes la desconciertan tanto que la niña acaba por tirar del mantel para derribar todo a su alrededor. Luego se vuelve hacia la Reina Roja, a quien considera la culpable de todo lo que le ha sucedido, y se dedice a "agitarla hasta que se convierta en un gatito".
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