Alicia en el País de las Maravillas Wiki
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Nueva Alicia

Una nueva Alicia en el antiguo país de las maravillas es una novela de Anna Matlack Richards, escrita y publicada por primera vez en 1895. En ella, Alicia Lee, una niña americana, visita el País de las Maravillas y conoce a todos los personajes que acaba de leer en los libros de Lewis Carroll. Es considerada a menudo una de las novelas más importantes que hayan sido inspiradas por Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí.

Argumento[]

En un día frío y lluvioso, Alicia Lee está en su casa, pensando que muchos otros niños tienen más suerte que ella por poder irse de vacaciones. Posteriormente comienza a recordar los libros Las aventuras de Alicia en el país de las maravillasA través del espejo y lo que Alicia encontró allí, y decide releerlos (porque ya han pasado más de seis meses desde la última vez). Justo entonces, Alicia recibe una porción de tarta de la boda de su primo, celebrada una semana antes. La niña promete repartirla con su hermano Tom, y junto a él comienza a leer los libros de Alicia hasta que cae la noche.

Cuando llega la hora de acostarse, Alicia se siente tentada a probar la tarta, y finalmente termina comiéndose toda su parte. Poco después, divisa una puerta entre el lavabo y la mesa de su dormitorio, donde antes no había habido nada. Con decisión, la atraviesa y llega a un laberíntico jardín en el que todas las flores son de papel. Caminando por uno de los senderos se cruza con un cerdito, que no tarda en comprender que es el bebé de la Duquesa. Le sigue rápidamente y llega hasta una pocilga donde se encuentran los demás cerdos del lugar.

Tras pasar un rato observándolos, Alicia atisba una casa en medio del bosque y se dirige hacia ella. Entrando por su cuenta y llegando a la cocina, descubre que se encuentra en la residencia de la Duquesa. Charla un rato con la Gata de Cheshire, que ahora ha tenido gatitos, y luego huye rápidamente cuando la enfurecida Cocinera hace su aparición. Mirando por la cerradura de una puerta, Alicia ve a la Duquesa durmiendo en una silla y a la Gata de Cheshire comiéndose todos sus panes con mantequilla. Cuando ya ha regresado al vestíbulo, la Duquesa se despierta y, tomando a Alicia por la culpable, comienza a lanzarle huevos de porcelana. Después de charlar momentáneamente con el Lacayo-sapo, la niña toma otro camino y llega a la casa de la Liebre de Marzo, la cual encuentra vacía.

Tras abrir una puerta y descubrir una montaña de vajilla del té, encuentra al Lirón y juntos empiezan a preparar la mesa para una próxima merienda. Entre los comensales están el Sombrerero, la Liebre, el Grifo y la propia Duquesa. Después de haber leído un par de recetas absurdas de un libro de cocina, Alicia abandona la mesa y se dirige hacia un muro cercano, cruzándose en su camino con el Conejo Blanco.

Al llegar al muro, escucha una voz proveniente del otro lado. Allí encuentra a Zanco Panco, tirado en el suelo tras su última caída. Alicia le pide que le cuente el final de la canción de los pececillos, y este así lo hace. Cuando se asoma a la casa de madera de Zanco Panco para buscar su arpa de boca, la niña descubre que el oviforme ha vuelto a subirse al muro. Este acaba sufriendo una segunda caída, pero cuando Alicia sale del recinto para socorrerle ya ha desaparecido sin dejar ni rastro.

Sin embargo, en su lugar divisa al Caballero Blanco. Este, tomándola por la otra Alicia, le explica que ya no es tan tonto como antes y que sabe cabalgar mucho mejor. Tras revelarle que ha cambiado toda la antigua indumentaria de su caballo por obras de arte chinas y japonesas (está planeando estudiar Arte), Alicia le pide que le cante una canción. El Caballero, no pudiendo recordar Un anciano viejo viejo, decide cantarle otra acerca de su esposa. Al terminar la canción ambos escuchan una voz aguda en las cercanías, pero el Caballero se despide de la niña y se marcha por el camino.

Alicia, decidida a encontrar a la dueña de la voz, recorre los alrededores y encuentra a la Reina Roja tejiendo en lo alto de un seto. Poco después se unen a ellas la Gata de Cheshire y la Duquesa, de la cual corre el falso rumor de que ha sido coronada reina. Tras una breve conversación, un grupo de animales llegan al lugar y se llevan consigo a la Duquesa. El Rey Rojo llega cojeando hasta su mujer, y se queja de que esta le ha desenroscado los pies para impedirle que vaya al bosque a buscar bellotas por las noches. Tras la corta visita del Caballero Negro (procedente de otro tablero de ajedrez), aparece también la Reina Blanca y comienza a ensayar con la Reina Roja una obra de teatro que van a representar próximamente. Después de esto, la primera comienza a buscar unos papeles con un mensaje que quiere entregar a los Alfiles; habiéndolos encontrado, se los pasa a Alicia para que esta se los dé de su parte.

Sin embargo, cuando llegan el Alfil Rojo (que ha perdido su cabeza) y el Alfil Blanco, no tardan en descubrir que el mensaje es en realidad una serie de poemas. El Alfil Blanco decide que serán un buen complemento para su colección de poesía, y aprovecha el momento para leer unos versos de un libro que lleva siempre consigo. Poco después llega el Rey Blanco pasando por encima de una cerca, y tras haber leído su propio poema aparece la Reina Blanca. No obstante, cuando llega el As de Picas (el poeta de la corte) todos se marchan corriendo y Alicia pronto se ve enterrada en un mar de papeles. Afortunadamente es rescatada por el Grifo, quien le pregunta si se dirige al certamen de poesía de la Gran Ocasión. Ella se decide a ir allí, pero el Grifo desaparece cuando ve regresar a su enemigo, el Alfil Blanco. Después de haber recitado incorrectamente un poema, Alicia divisa al Sombrerero y le pregunta por qué lleva la etiqueta del precio en su sombrero. Minutos después, una avispa con aspecto de escarabajo aparece revoloteando y ahuyenta al Sombrerero y al Alfil. Alicia vuelve a quedarse sola.

Más adelante, en el camino, encuentra la Guardería Real de los peones. Las Reinas Blanca y Roja ya se encuentran allí, cobrando en emparedados la entrada al recinto. Una vez dentro, Alicia ve una gran cantidad de animales extraños y a un viejo búho posado junto a un banco de madera. La niña toma asiento, y poco después se le une el Rey Blanco. Después de leer unas cuantas preguntas de un ridículo examen universitario de Física, Alicia se dirige al interior de un aula.

La Tortuga Artificial se encuentra allí, estudiando para llegar a ser una auténtica tortuga. Tras contarle la historia de un cuervo testarudo y cantarle una canción sobre Química, la Tortuga decide poner fin a sus horas lectivas y sale de la habitación, dejando a Alicia encerrada allí. En una estantería cercana, la niña encuentra el libro del Galimatazo, y descubre en él un segundo poema sin sentido dedicado al Zamarrajo. Luego echa un vistazo a una redacción escrita por la Tortuga, y finalmente encuentra el programa de la Gran Ocasión. Ansiosa por asistir a la celebración, busca una puerta en la pared y la atraviesa.

Así llega a una gran sala iluminada con velas, y toma asiento entre la Reina Blanca y el Sombrerero. El Alfil Blanco es el encargado de presidir las actuaciones, y enseguida presenta una demostración didáctica en la que una maestra interroga a su alumno (un peón blanco) sobre las principales diferencias que hay entre una almendra y un Ammonites. Inmediatamente después, el As de Picas comienza a recitar un largo poema en el que lanza acusaciones mordaces contra los reyes y las reinas. Paradójicamente, los miembros de la Realeza son los que más aplauden esta intervención. Cuando el Alfil Blanco vuelve a subir al escenario, anuncia con tristeza que su colección de poesía ha desaparecido, y que en su lugar va a verse obligado a recitar un poema del libraco de su infortunado hermano. A continuación comienza a dar su propio discurso, pero el Rey de Corazones le interrumpe para preguntar cuándo dará comienzo el banquete. La Liebre de Marzo sube al escenario para informar de que la cena ya está lista, y al momento toda la audiencia abandona el salón de actuaciones. Tras echar un vistazo a la carta del menú, Alicia abandona la sala y regresa prontamente al camino.

Enseguida llega a una pradera en la que encuentra a la Reina de Corazones, que está oteando el horizonte en busca de alguien. Alicia no tarda en descubrir que está buscando a Tararí y Tarará, aunque la Reina insiste en que ambos son una única persona. Decidida a comprobarlo, Alicia se dirige hacia la casa de los hermanos y en su interior encuentra a uno solo de ellos, tomando la cena. Este le explica que en realidad Tararí y Tarará son sólo uno, aunque posteriormente admite que está enemistado con su hermano y que este vive al otro lado de la colina. Después de escuchar unas cuantas estrofas más de La morsa y el carpintero (en las que ambos son arrestados por haber devorado a las ostras), Alicia visita la casa del otro lado de la colina y se sorprende al revivir la escena de la cena exactamente como ha transcurrido antes. Dudando sobre quién es Tararí y quién Tarará, y preguntándose si realmente son dos personas diferentes, Alicia llega a unos hermosos jardines en los que pastan tranquilamente varios ciervos.

Divisando dos torreones en la distancia, Alicia se aproxima a ellos y encuentra allí al Caballero Rojo, quien le explica que ha recuperado la cabeza del Alfil Rojo justo a tiempo para la Procesión anual. Muy interesada en participar en este desfile, Alicia permanece un rato custodiando la entrada al jardín mientras el Caballero Rojo consigue un poni blanco para ella. Cuando el Caballero Blanco regresa de reparar su casco, juntos ocupan sus posiciones en la Procesión y comienzan a adentrarse en un oscuro bosque cercano. Acompañada por la música del cuerno y los cánticos de los Alfiles, la comitiva llega hasta un pequeño estanque cuadrado y reluciente. Entonces, al inclinarse para mirar su reflejo, Alicia se derrumba de su poni y cae suavemente al agua, despertando súbitamente frente al espejo de la chimenea de su salón. Al escuchar el grito de sorpresa de su hija, la madre de Alicia entra en la habitación y la tranquiliza diciéndole que debe de haber caminado en sueños. Tras acompañarla a su habitación le da las buenas noches, y Alicia se queda dormida enseguida. Los recuerdos de sus extrañas peripecias siguen llegándole durante toda la noche; y al amanecer comprende que, como la Alicia original, ella también ha tenido la oportunidad de vivir unas auténticas aventuras en el País de las Maravillas.

Curiosidades[]

  • Fue publicada en primer lugar en Filadelfia, por J. B. Lippincott.
  • Cuenta con sesenta y siete ilustraciones realizadas por Anna Richards Brewster, la hija de Anna Matlack Richards. Dichas ilustraciones están basadas en las originales de John Tenniel.

Enlaces de interés[]

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